martes, 3 de diciembre de 2013

biografía                      LUZ   CASAL

Su primer álbum, homónimo y sostenido por el rock, vio la luz en 1982. Destacaban temas como Ciudad sin ley y No aguanto más, de sonidos hasta entonces inéditos en el panorama musical español. Una canción de amor, Eres tú, se diferenciaba del resto y vislumbraba una versatilidad que un par de años más tarde se fortalecería con la aparición de su segundo disco, Los ojos del gato. Cortes como Detrás de tu mirada y Tengo bastante pronto hicieron preguntarse a muchos por aquella mujer que había conseguido conquistar una marcada individualidad en un género que aceptaba todavía con reticencias a las mujeres, no digamos ya solistas. Luz desplegaba su carácter sorteando el victimismo y creciéndose ante adversidades, retos y prejuicios. Llevaba ya a sus espaldas dos discos como intérprete y compositora y una de las giras más célebres que España recuerda, El Rock de una Noche de Verano, junto a Leño y Miguel Ríos.
En 1985 publicó Luz III, en el que colaboraban, entre otros, Antonio Vega, John Parsons, Santiago Auserón y Carmen Santonja. Rufino y Hechizado trajeron un éxito popular que se ampliaría con Quiéreme aunque te duela, editado en 1987. El álbum, que contenía temas como A cada paso y Un día marrón, cerraba una etapa en la trayectoria de Luz, que cambiaría de sello discográfico y no volvería a contar con la producción de Carlos Narea, como había ocurrido en los cuatro primeros discos.
Ya en 1989 y bajo la batuta de Paco Trinidad se editó Luz V, con temas como Loca, Te dejé marchar y No me importa nada, con una repercusión de tal calibre que nadie dudaba ya de que Luz era la solista española por excelencia. Fue entonces cuando se atrevió a aceptar la proposición de Pedro Almodóvar, que le ofreció interpretar dos canciones en su nueva película, Tacones lejanos. Se trataba de un bolero de Agustín Lara, Piensa en mí, y de la adaptación de una canción de Mina, Un año de amor. Aquellos temas supusieron un punto de inflexión en la carrera de Luz. Comenzaba, además, su éxito en Francia, que se sumaba a la aceptación que ya tenía en América del Sur, corroborado en festivales como el organizado por Amnistía Internacional en Chile en 1991. Ese mismo año publicó A contraluz, un disco decisivo que evidenciaba la esencia rockera de Luz y que además de los temas incluidos en Tacones lejanos contenía canciones como Es por ti, Un pedazo de cielo, Tal para cual o Es mejor que te vayas. Luz asimiló el éxito y conjugó su ambición musical con la necesidad de huir del escaparate mediático.

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